Un chico normal, nada de prototipos, uno que se salga de todas las estadísticas, que sea especial. Ese que te lleve el desayuno a la cama, el que te diga un piropo bonito cuando tengas baja la moral, al que no le cueste decirte lo mucho que te quiere, ese al que no le avergüence llorar.
Uno que te comprenda y te entienda, que te de libertad y no te haga sentir como un pájaro enjaulado, ese que en las discusiones te haga callar con un beso, ese que tenga un punto de malo que desaparece cuando esta contigo. Que pierda el control de su cuerpo cuando suene su canción favorita, el que te saca a bailarla. Ese que nunca diga el típico “ No, primero tú” para no quedar mal, uno que te lo diga todo con una mirada y se fije en tonterías como la lluvia en tus pestañas, lo mal que se te dan las matemáticas, las veces que puedes llegar a decir una misma palabra en un solo día, las variaciones de color de tu laca de uñas, como te derrapan las gafas o ese ligero sonrojo cuando estas con él.
Que huela a colonia pero sin pasarse, que le preocupe su aspecto pero que no use tus cremas. El que no se crea mas hombre por decirte cuatro guarradas, uno que te llame una vez al día y no se tire media hora para despedirse. Que tenga su propia opinión, que no sea un malcriado.
Uno que cuando te bese te transmita algo y haga temblar todo tu cuerpo, uno que haga alguna gilipollez por ti, ese que te acompañe siempre a casa, el que corra con la moto y te aporte seguridad, con el que cada día sea distinto y no te deje caer en la rutina, el que te abra la puerta y te haga pasar antes que él, uno al que no le importe tragarse una cola de una hora en tu tienda favorita, el entre contigo al probador y sepa decirte que modelito te queda mejor sin rodeos.
Que sepa dar la vuelta en el aire a las tortitas y que se pierda por ver una peli ñoña contigo en el sillón tapados con una manta y unas palomitas de microondas.
